Adquiera hábitos cotidianos para conservar su salud y reducir su contribución
Reduzca al mínimo las emisiones de sus desechos: composte los alimentos y residuos de jardinería, recicle la basura no orgánica si es posible, reutilice las bolsas de comestibles y evacúe la basura restante utilizando el sistema local de recogida. Nunca queme la basura, ya que ello contribuye directamente a la contaminación del aire.
La combustión de carbón y biomasa (por ejemplo, madera) contribuye a la contaminación del aire interior cuando se efectúa para cocinar y a la contaminación del aire exterior cuando se efectúa para la calefacción. Verifique las calificaciones de eficiencia de los sistemas de calefacción y cocina y utilice los modelos que ahorren dinero y protejan la salud.
Desplácese en transporte público, bicicleta o caminando. Prefiera el uso de vehículos de bajas o ninguna emisión si tiene que utilizar un automóvil. Los vehículos de motor diésel, especialmente los más antiguos, liberan grandes cantidades de carbono negro, un producto cancerígeno y perjudicial para el clima.
Apague las luces y los aparatos electrónicos cuando no los utilice. Si puede, utilice bombillas LED, una alternativa no tóxica a las bombillas fluorescentes compactas, que contienen mercurio. Los sistemas solares térmicos de azotea pueden ser una opción en muchos casos para generar agua caliente de manera asequible, y los sistemas fotovoltaicos pueden ser una fuente de energía limpia y saludable.
Inste a los dirigentes locales a que adopten normas nacionales de calidad del aire que cumplan con las directrices de la OMS. Respalde las políticas que fortalezcan las normas sobre emisiones y proporcionen incentivos para la adquisición de vehículos más limpios, electrodomésticos de bajo consumo y viviendas energéticamente eficientes.
Verifique cada día los niveles locales de contaminación del aire y esté al tanto de las orientaciones de las autoridades municipales o nacionales, para determinar si debe limitar la actividad al aire libre o evitar los puntos críticos donde pueden registrarse altos niveles de contaminación del aire.
Evite practicar una actividad regular al aire libre en los momentos en que los niveles de contaminación del aire son más altos. En muchas ciudades, la contaminación alcanza su punto máximo al final de la mañana y a primera hora de la noche, coincidiendo con las horas punta del tránsito.
Gran cantidad de datos prueban que los niños y los adultos que viven o pasan mucho tiempo cerca de rutas con mucho tránsito rodado pueden ser más vulnerables a ciertas afecciones relacionadas con la contaminación del aire. Más datos de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos
Evite conducir durante las horas punta y mantenga las ventanas cerradas mientras está en ruta, ya que, según sugieren algunas investigaciones, los gases de escape del entorno pueden aumentar los niveles de contaminación del aire interior del automóvil.
Determine con su médico si padece alguna afección que lo haga más vulnerable a la contaminación del aire, para que pueda equilibrar más eficazmente los riesgos y beneficios de sus exposiciones futuras.
Si se aconseja el uso de una máscara facial en su lugar de residencia, consulte con fuentes fiables para asegurarse de que la capacidad de filtrado sea suficiente. Muchas máscaras faciales no filtran la materia particulada fina (MPXNUMX o inferior), que se cuentan entre las más nocivas.
En todo el mundo, las ciudades están adoptando medidas para reducir la contaminación del aire. Inste a sus dirigentes a que su ciudad se adhiera a BreatheLife