La capital colombiana, Bogotá, anunció este mes la meta de mejorar la calidad del aire en un 10% en promedio en los próximos cuatro años en el marco de unos planes de desarrollo más amplios que presentan la sostenibilidad como «el eje principal».
El Plan de Desarrollo Distrital 2020-2024: un nuevo contrato social y ambiental para la Bogotá del siglo XXI, denominado #ElPlanQueNosReactiva, destina el equivalente a miles de millones de dólares estadounidenses a una recuperación verde de la COVID-19.
«Hemos decidido no perder este aire más limpio que hemos tenido durante la pandemia,» dijo la alcaldesa de Bogotá Claudia López Hernández la semana pasada en el webinario Cielos Claros para un Aire Limpio, organizado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, el Fondo Mundial para la Naturaleza y el Environmental Defense Fund, en colaboración con el Banco Mundial.
La ciudad grabada una disminución del 80% en las concentraciones de contaminación por materia particulada a principios de abril, aunque se dieron picos de contaminación del aire por los incendios forestales registrados en la Orinoquía y Venezuela que también constataron en otras ciudades colombianas, en concreto Medellín.
El plan es la principal salva que descarga la municipalidad contra la contaminación del aire desde que la nueva alcaldesa asumió el cargo a principios de este año, y se centra en gran medida en la movilidad sostenible y multimodal, a la que se destina la mayor parte de los fondos planificados, 36,919,236 millones de pesos colombianos (alrededor de US$ 9.8 millones), seguida de la educación y la salud.
«Ello significa que hemos de seguir electrificando nuestro sistema de transporte colectivo, que utiliza autobuses, y avanzar en un sistema de metro que sea totalmente eléctrico,» dijo la alcaldesa López.
«Ahora, cada día registramos más de 1 millón de viajes en bicicleta. Ya tenemos 560 kilómetros de ciclovías, que es, creo, la mayor red dedicada a las bicicletas de las ciudades en desarrollo. Y tenemos un plan, el objetivo de aumentarla en un 50%, 60 kilómetros más de carriles para bicicletas alrededor de la ciudad,» agregó.
A partir de marzo, cuando comenzó la pandemia, Bogotá agregó temporalmente 80 kilómetros de carriles para bicicletas a la red existente, sumándose a muchas importantes ciudades de todo el mundo, como Nueva York, Milán, Barcelona, Londres o París, que trataron de ayudar a los ciudadanos con un distanciamiento físico seguro cuando recurrían al uso de la bicicleta para evitar las aglomeraciones del transporte público.
«Ha aumentado el número de personas que caminan, por lo que también necesitamos mejorar la red para los peatones,» dijo la alcaldesa López.
«Creo que esto va a ser lo más importante, porque, por supuesto, si las personas caminan o van en bicicleta tienen un menor riesgo de infectarse por coronavirus a corto plazo, pero, además, a largo plazo ello afecta muy positivamente a la mejora de la contaminación del aire y, también, a la reducción de la congestión de la ciudad. Por consiguiente, esto no va a ser temporal,» agregó.
A los 8 millones de residentes de Bogotá se les unen cada día alrededor de 2 millones de viajeros que entran y salen de la capital desde los municipios circundantes por razones de trabajo o de educación, lo que lleva al gobierno de la ciudad a iniciar un planteamiento regional a la mejora de la calidad del aire.
«Necesitamos ofrecer una opción limpia de transporte regional metropolitano a esos 2 millones de personas,» dijo la alcaldesa López.
«Acabamos de aprobar una reforma constitucional que nos permite construir una institución para el área metropolitana, entre Bogotá y Cundinamarca, la provincia que nos rodea y que tiene 46 municipios,» dijo la alcaldesa López.
«Ha sido una especie de milagro en medio de una pandemia,» agregó.
Bogotá está rodeada por tres sistemas montañosos, entre los que se encuentra un conjunto de páramos de fama mundial que alimenta de agua dulce a la ciudad y sus provincias circundantes, lo que no hace sino impulsar aún más la creación de una institución regional formal.
«Crear esta institución es muy importante, en primer lugar, para la protección general del medio ambiente, pero en segundo lugar, porque no podremos lograr nuestros objetivos si nuestros municipios circundantes no comparten la misma visión y los mismos objetivos, ya que el aire no conoce nuestros límites administrativos ni políticos.
«Por ello, también necesitamos construir el sistema de transporte público limpio a escala regional, pues de lo contrario, aunque dentro de la ciudad tengamos el sistema de metro, el sistema de ciclovías y el sistema peatonal, si la gente viene a la ciudad todos los días con automóviles de motor diésel... no alcanzaremos las metas de nuestras propias medidas», dijo la alcaldesa López.
Su administración espera que esas medidas, combinadas, hagan «la contribución más importante a largo plazo» a la mejora de la calidad del aire en una ciudad donde el transporte genera más del 70% de la contaminación atmosférica.
Bogotá también impondrá restricciones a los camiones, que tendrán que cumplir las normas si desean entrar en la ciudad, y está considerando proponer incentivos para cambiar a tecnología más limpia.
«Porque, de lo contrario, no vamos a poder lograr nuestro objetivo de reducir en un 10% la contaminación del aire,» explicó la alcaldesa.
El proyecto de propuesto incluye una inversión cercana a los 30,000 millones de pesos colombianos (unos US$ 8 millones) destinada específicamente a la meta de reducir las concentraciones de materia particulada fina (MP10 y MP2.5) en un 10% mediante la aplicación del Plan Estratégico para la Gestión Integral de la Calidad del Aire 2030 de la ciudad.
En el marco del Plan Aire 2030, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible tiene la intención de fortalecer y ampliar la cobertura del monitoreo municipal de la calidad del aire centrándose en las zonas del suroeste, donde las concentraciones de contaminación del aire son más altas, y donde la administración ahora ha anunciado que trabajará con todos los actores pertinentes para lograr una reducción más profunda, del 18%.
El Concejo aprobó el plan de desarrollo de Bogotá después de un extenso debate en el que participaron cabilderos y ciudadanos.
«Calificamos nuestro objetivo de calidad del aire de modo que integre una de nuestras principales preocupaciones: que exista una gobernanza del aire. Buscaremos la participación de la sociedad civil y el sector académico con el fin de avanzar para cumplir con nuestros objetivos en materia de calidad del aire,» dijo la secretaria de Ambiente de Bogotá, Carolina Urrutia.
El nuevo plan de desarrollo se corresponde estrechamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y el 67% de las metas tienen relación directa con el CONPES 3918, la Estrategia para la Implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Colombia, y el 90% del presupuesto del plan se relaciona con las metas de los ODS, incluidas las relativas a la calidad del aire y el cambio climático.
«Hemos logrado ampliar nuestro plan de acción para comprometer al Distrito a que reduzca al menos el 15% de sus gases de efecto invernadero durante el mandato de este Gobierno. Todos vamos a tener que contribuir a la reducción de esos gases que están provocando el cambio climático,» dijo Urrutia.
La administración municipal ve el medio ambiente como “un aliado para la reactivación económica de la ciudad”.
«Es una oportunidad para crear empleos y empresas verdes, para fomentar la transición de las economías grises a economías verdes, para promover las transiciones energéticas, y lo vamos a hacer,» declaró en un comunicado de prensa.
Haciendo hincapié en su enfoque en la sostenibilidad y la calidad del aire, la administración distrital de Bogotá ha asumido el lema #UnidosPorUnNuevoAire, prometiendo trabajar para proteger la salud de los más vulnerables a la contaminación: los niños y los ancianos.
«Es la primera vez que, como gobierno local, Bogotá se fija metas específicas y se compromete con metas específicas para limpiar la contaminación del aire. Parece modesto, pero... debido a que la contaminación del aire ha aumentado sistemáticamente, y nos hemos comprometido a reducirla en un 10% en promedio en los próximos cuatro años, es algo bastante ambicioso, como saben los expertos en el tema. Es un trabajo muy difícil de llevar a cabo,» declaró la alcaldesa López.
La economía de Bogotá se ha visto gravemente afectada por las medidas aplicadas para detener la propagación de la COVID-19 desde que entró en confinamiento, a mediados de marzo, la primera de todas las ciudades colombianas.
Pero, a medida que sale de las restricciones de la pandemia, la alcaldesa ve oportunidades para invertir en una recuperación sostenible, haciendo hincapié, entre otras cosas, en la educación inclusiva y la atracción de empleos verdes y tecnológicos que propicien un movimiento flexible.
«Vamos a aprovechar que la pandemia nos permite acelerar esta agenda en favor del aire limpio y de diferentes modos de transporte limpio y verde, y vamos a llevarla adelante,» afirmó la alcaldesa López.
Fuente: Secretaría Distrital de Ambiente, Alcaldía Mayor de Bogotá DC
Lea el comunicado de prensa del Ministerio de Ambiente aquí: Plan de Desarrollo: Mejorar la calidad del aire 10%, prioridad para esta Administración
Vea la presentación del plan por la alcaldesa aquí: Plan de Desarrollo 2020-2024: un nuevo contrato social y ambiental para el siglo XXI
Vea el seminario web de WWF esta página (descienda hasta «Clear Skies to Clean Air»)
Foto de banner por carlos felipe pardo/ CC BY 2.0
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