Cooperación centroamericana - BreatheLife2030
Actualizaciones de red / Centroamérica / 2022-09-30

Cooperación centroamericana:
para gestionar el cambio climático y la contaminación del aire

Cooperación Regional en Centroamérica mejora calidad del aire

Centroamérica
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La contaminación del aire no respeta las fronteras nacionales, lo que dificulta la cooperación regional en respuesta a una crisis que mata más de 7 millones de personas cada año crítico. Los recursos limitados en los países más afectados por las crisis superpuestas del cambio climático y la contaminación del aire significan que compartir recursos y conocimientos es una estrategia vital para salvar vidas de inmediato, al tiempo que garantiza que el planeta permanezca habitable para las generaciones venideras.

Por ello, la Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC) se complace en anunciar la aprobación de la Estrategia Regional de Cambio Climático (2021-2025) para el Sistema de Integración de Centroamérica y República Dominicana (SICA), un importante acuerdo entre ocho países del SICA para luchar colectivamente contra la contaminación del aire y el cambio climático. Los países combinados (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana) representan una población de más de 45 millones de personas y un Producto Interno Bruto de $108 millones. Esta estrategia fue avalada por el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Salud de cada país en un foro ministerial de alto nivel y su implementación contará con el apoyo de la CCAC.

“La calidad del aire es un problema de larga data en la región y con el cambio climático los efectos adversos se han vuelto más evidentes, como la presencia más permanente de capas de smog en las principales ciudades. En época seca, el aumento de incendios provocado por el cambio climático deteriora la calidad del aire”, dijo Carlos González, coordinador de proyectos de CCAD-SICA. “La integración de ambos temas nos permite tener un mayor campo de acción para mejorar la calidad ambiental y reducir los riesgos para la salud. Uno de los co-beneficios es que nos permite elaborar políticas integrales y de largo alcance”.

En la estación seca, el aumento de incendios provocado por el cambio climático deteriora la calidad del aire”.

Carlos González

Coordinador de Proyectos, CCAD-SICA

Los objetivos de la estrategia incluyen el desarrollo de un plan y los pasos para la implementación, para integrar la acción sobre el clima y el aire limpio a nivel regional. Sus objetivos también exigen que todos los países incluyan la calidad del aire en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) y tengan una legislación de calidad del aire consistente y ambiciosa en toda la región, incluidas leyes que ayuden a detener la quema a cielo abierto en la agricultura. La estrategia también tiene como objetivo implementar sistemas de monitoreo del aire de bajo costo en todos los países.

Este trabajo se basa en la historia de la integración regional que el SICA ha trabajado para promover y se basa en la experiencia y la cooperación existente de organismos regionales como el Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y Secretario Ejecutivo del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE COMISCA). Tener a la CCAD como socio principal en este proyecto significa que este trabajo puede aprovechar el hecho de que los países pueden articular sus problemas y prioridades individuales, al mismo tiempo que fomenta el diálogo regional y la acción colectiva donde sea posible.

Se basa en el éxito de los esfuerzos de larga data de la CCAC en la región para apoyar la integración del clima y el aire limpio en la planificación nacional. Este programa trabaja con los países brindándoles apoyo financiero y técnico para evaluar sus emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación climática de corta duración (SLCP, por sus siglas en inglés), los supercontaminantes que contribuyen a la contaminación del aire y al mismo tiempo calientan drásticamente el planeta. Estas evaluaciones luego se utilizan como línea de base para identificar y priorizar las oportunidades de mitigación más efectivas para cada contexto local, y luego integrar esas estrategias en las NDC y los planes nacionales de desarrollo.

En 2019, el CCAC apoyó la primera reunión del Grupo de Trabajo de Puntos Focales de la CCAD. Durante la reunión, los representantes discutieron la importancia de reducir los CCVC junto con el dióxido de carbono y la importancia de unir fuerzas para estimular la acción. Durante la reunión, el Grupo de Trabajo definió sus prioridades para una hoja de ruta para integrar la acción sobre el clima y el aire limpio en los países del SICA.

Este trabajo también encaja con el trabajo en curso de la CCAC para fomentar los enfoques regionales, lo que ayuda a mejorar la capacidad de los tomadores de decisiones para asumir la planificación y la mitigación e identificar organizaciones como SICA que pueden apoyar los procesos regionales.

El hecho de que ya se haya desarrollado tanta capacidad nacional significa que los países ahora pueden combinar sus esfuerzos, aprender de las acciones de los demás y apoyarse mutuamente. Un enfoque regional significa que los países vecinos pueden compartir conocimientos y confiar en los intercambios entre pares para superar desafíos y obstáculos similares.

“La región centroamericana es una de las más vulnerables en lo que respecta a los efectos del cambio climático y la contaminación del aire en la salud, lo que hace que los riesgos para los habitantes de esta región sean altos”, dijo Luis Francisco Sánchez Otero, Asesor Regional, Cambio Climático, Medio Ambiente. y Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). “El uso rentable de fondos y recursos para abordar esos riesgos es una prioridad regional. Dado que los países de la región comparten desafíos comunes, la necesidad de esfuerzos integrados y bien articulados es una prioridad absoluta”.

La región centroamericana es una de las más vulnerables en lo que respecta a los efectos del cambio climático y la contaminación del aire en la salud, lo que hace que los riesgos para los habitantes de esta región sean altos... la necesidad de esfuerzos integrados y bien articulados es una prioridad absoluta”.

Luis Francisco Sánchez Otero.

Asesor Regional, Cambio Climático, Medio Ambiente y Salud, Organización Panamericana de la Salud (OPS)

Sin integración regional, los ministerios trabajan en silos, incapaces de compartir recursos y conocimientos, lo que puede llevar a una duplicación de los esfuerzos de los demás. El hecho de que muchos de estos países sean pequeños y carezcan de recursos suficientes para implementar este costoso y extenso trabajo significa que un enfoque regional puede catalizar una acción más ambiciosa.

El primer gran objetivo de este proyecto es trazar una hoja de ruta para integrar la acción sobre el cambio climático, la calidad del aire y la salud a nivel regional. Costa Rica, República Dominicana y Panamá recibieron apoyo de la CCAC para la planificación nacional, lo que significa que tienen recursos y capacidad existentes que pueden aprovechar para el éxito regional. Este proyecto ayudará a mapear la acción y la infraestructura existentes en lo que respecta al clima y el aire limpio en cada país. ¿Qué políticas ya existen que combinan la acción? ¿Qué tan sólido es el seguimiento y evaluación de esas políticas? ¿Qué tipo de capacidad ya existe y qué todavía se necesita construir?

Desarrollar una evaluación más completa de lo que ya se ha hecho significa que se puede hacer un plan de acción más claro y eficaz para lo que aún queda por hacer. Además, significa que los países pueden tener un sentido regional de fortalezas y debilidades: dado que todos los países se encuentran en diversas etapas de planificación nacional, cada uno tiene diferentes áreas de experiencia y espacio para el crecimiento que pueden abordarse colectivamente. Tener una línea de base significa además que el éxito o el fracaso de la acción posterior se puede medir mejor, lo que aumenta la eficacia.

El siguiente paso será redactar un plan de implementación, que identificará los mecanismos gubernamentales existentes necesarios para tomar medidas y las posibles fuentes de financiación para impulsar esta acción. Este documento pretende ser un plan de trabajo factible, que describa pasos claros reforzados por el apoyo a nivel nacional y regional. Esto también implicará el establecimiento de un grupo de trabajo sobre calidad del aire y cambio climático que se reunirá regularmente, obtendrá respaldos políticos y ayudará a obtener financiamiento para tomar medidas.

El proyecto también se centrará en el trabajo de desarrollo de capacidades regionales para tres categorías diferentes de personas: Primero, los formuladores de políticas que pueden hacer compromisos políticos de alto nivel e influir en ellos; en segundo lugar, los técnicos que trabajen en salud o medio ambiente; y tercero, profesionales de la salud.

Esta creación de capacidad incluirá la participación de líderes políticos de alto nivel y también implicará la organización de un taller subregional virtual para fomentar el apoyo político de alto nivel y, al mismo tiempo, aumentar el conocimiento entre varios ministerios de salud y medio ambiente, así como entre los profesionales para garantizar la éxito de este trabajo a largo plazo.

“La sostenibilidad del proyecto depende de la apropiación nacional y regional y del fortalecimiento de las capacidades de las partes interesadas clave”, dijo Otero.

Este proyecto ayudará a desarrollar la capacidad de los políticos y otras partes interesadas y los ayudará a evaluar mejor los muchos beneficios de integrar la planificación de la salud en la planificación del cambio climático, incluso en la próxima ronda de Contribuciones determinadas a nivel nacional y planes nacionales.

El proyecto también prevé utilizar el Campaña BreatheLife, una iniciativa de la CCAC, el PNUMA, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, para difundir la conciencia y las lecciones sobre sus esfuerzos.

“La participación de socios estratégicos que puedan traer capacidades técnicas, donantes y lo más importante, liderazgo de país será clave para implementar la hoja de ruta”, dijo Otero. “Lograr todos los beneficios de este proyecto no solo tendrá un impacto para los países participantes, sino que contribuirá a los objetivos de mitigación del cambio climático global e inspirará la acción en todo el mundo”.